Eva Golinger: `El escenario actual es el manual exacto del golpe de 2002 contra Chávez
RT en Español.- La abogada Eva Golinger concedió unas declaraciones a RT en las que resaltó que los acontecimientos que se viven en Venezuela son el "manual exacto" de lo ocurrido en abril de 2002, cuando se intentó un golpe de Estado contra Hugo Chávez.
"Hay un parecido muy extraño entre lo que está ocurriendo en este momento en Venezuela y lo que ocurrió en abril de 2002, justamente en ese momento había una gran manipulación y distorsión a través de los medios de comunicación sobre las manifestaciones que estaban sucediendo en Venezuela y luego los sucesos que resultaron en el golpe de Estado", señaló Golinger.
Según la abogada, el uso de los medios de comunicación "forma parte del plan para distorsionar la realidad en el país, para luego justificar ese golpe no solamente en Venezuela sino a nivel internacional, ese fue el manual exacto del 11 de abril de 2002 contra el presidente Hugo Chávez, y en ese momento no existían las redes sociales como Twitter y Facebook, entre otras, que están siendo utilizadas hoy en día".
VENEZUELA - Pueblo desagravia a la Fiscalía y pide cárcel para responsables de los ataques
14 DE FEBRERO DE 2014
Apenas unas horas después de la violencia desatada por grupos de extrema derecha, que terminaron en tres muertes y numerosos actos de vandalismo, se realizó una concentración frente a la Fiscalía General de la República para pedir justicia. En la actividad participaron colectivos del barrio 23 de enero, que homenajearon la lucha de Juan Montoya, militante asesinado el 12 de febrero. También los diputados Blanca Eekhout y Darío Vivas, la jefa de gobierno del Distrito Capital, Jacqueline Farías, el ministro para la Transformación Revolucionaria del Gran Caracas, Ernesto Villegas Poljak y gente que se acercó espontáneamente al enterarse. Fotos de la jornada desarrollada en Parque Carabobo, en el centro de Caracas.
Fuente: ALBA TV/fvp Fotos: Brigada María Eva Duarte (FPDS-CN), de argentin@s en solidaridad con la Revolución Bolivariana
VENEZUELA - La vicepresidenta de AN confirmó la presencia de
Eekhout: "Sectores fascistas dispararon contra chavistas y contra su propia gente"
14 DE FEBRERO DE 2014
Blanca Eekhout, vicepresidenta de la Asamblea Nacional, participó este jueves de una reunión con la fiscal general Luisa Ortega Díaz. Tras este encuentro, en diálogo con ALBA TV aseguró que los asesinatos de Juan Montoya y Bassil Da Costa fueron ejecutados por francotiradores, y que estas muertes y los hechos de violencia fueron producidos por "sectores fascistas de la oposición financiados por los gringos". También llamó a la solidaridad y apoyo internacional de los gobiernos aliados, movimientos sociales y pueblos del mundo.
En este encuentro participaron también Darío Vivas -vicepresidente de la Asamblea Nacional-, Jaqueline Faría -jefa de gobierno del Distrito Capital- y Ernesto Villegas -ministro para la Transformación Revolucionaria del Gran Caracas-. Los diputados y funcionarios chavistas brindaron su apoyo y solidaridad a la fiscal y a los trabajadores y trabajadoras del Ministerio Público tras los ataques producidos por estos sectores de la oposición. Además, fueron informados por la propia fiscal de las próximas medidas que tomará frente a los hechos de violencia ejercidos por grupos de la oposición contra el Ministerio Público, que devino en el asesinato de dos personas.
Tras la reunión, conversaron con el pueblo que se autoconvocó en las inmediaciones del Ministerio Público, ratificando el pedido de captura de Leopoldo López y la puesta en marcha del procedimiento legal para remover los fueros políticos de la diputada de oposición, María Corina Machado y del alcalde mayor, Antonio Ledezma, quienes participaron activamente de la convocatoria y llamaron públicamente a la violencia.
En conversación con Alba TV, Eekhout ratificó que estos sectores de la oposición están directamente financiados desde Estados Unidos y que recibieron entrenamiento y preparación para generar estos hechos de violencia. Asimismo, afirmó que los asesinatos de Juan Montoya -referente chavista y luchador social del barrio 23 de enero- y de Bassil Da Acosta -trabajador que participó de la movilización- fueron producidos por francotiradores.
"Desde que triunfó la revolución bolivariana estos sectores han intentado derrocarla de forma permanente y por varia vías como golpe de estado, intentos de magnicido, el golpe petrolero, el sabotaje permanente. Hoy retoman de nuevo una agenda de acción terrorista. Ayer, igual que se hizo el 11 de abril de 2002, pusieron francotiradores y atentaron contra gente de la revolución y contra la propia gente que ellos convocan".
Eekhout afirmó que la intencionalidad de estos sectores y provocar a la violencia al pueblo chavista para generar una guerra civil. Este escenario, justificaría una rápida intervención del ejército norteamericano y la OTAN, como en el caso de Libia, Siria, incluso Ucrania. De la misma manera, garantizó que ese escenario es imposible debido a la unidad, la conciencia y la organización del pueblo chavista y del apoyo de la comunidad internacional.
Al respecto, realizó un llamado a todos los movimientos sociales y organizaciones políticas del continente a movilizarse en apoyo de la revolución bolivariana y a mantenerse en alerta frente al cerco comunicacional que imponen las grandes corporaciones mediáticas aliadas a los gobiernos imperialistas.
Para escuchar el audio:
Fuente: ALBA TV / mr
Desde la sombra (E57). El código alimentario y el pan nuestro de cada día
Uruguay en los tiempos de Pacheco
Enviado por Adelaida Artigado
Nuestro futuro robado. La amenaza de los disruptores endócrinos
Nuestro futuro robado, escrito por Theo Colborn, Dianne Dumanoski y Pete Myers, reunió por primera vez las alarmantes evidencias obtenidas en estudios de campo, experimentos de laboratorio y estadísticas humanas, para plantear en términos científicos, pero accesibles para todos, el caso de este nuevo peligro.
En 1962 el libro de Rachel Carson Primavera silenciosa dio el primer aviso de que ciertos productos químicos artificiales se habían difundido por todo el planeta, contaminando prácticamente a todos los seres vivos hasta en las tierras vírgenes más remotas. Aquel libro, que marcó un hito, presentó pruebas del impacto que dichas sustancias sintéticas tenían sobre las aves y demás fauna silvestre. Pero hasta ahora no se habían advertido las plenas
consecuencias de esta insidiosa invasión, que está trastornando el desarrollo sexual y la reproducción, no sólo de numerosas poblaciones animales, sino también de los seres humanos.

Nuestro futuro robado, escrito por Theo Colborn, Dianne Dumanoski y Pete Myers, reunió por primera vez las alarmantes evidencias obtenidas en estudios de campo, experimentos de laboratorio y estadísticas humanas, para
plantear en términos científicos, pero accesibles para todos, el caso de este nuevo peligro. Comienza allí donde terminaba Primavera silenciosa, revelando las causas primeras de los síntomas que tanto alarmaron a Carson.
Basándose en décadas de investigación, los autores presentan un impresionante informe que sigue la pista de defectos congénitos, anomalías sexuales y fallos de reproducción en poblaciones silvestres,hasta su
origen: sustancias químicas que suplantan a las hormonas naturales, trastornando los procesos normales de reproducción y desarrollo.
Los autores de Nuestro futuro robado repasan la investigación científica que relaciona estos problemas con los "disruptores endocrinos", estafadores químicos que dificultan la reproducción de los adultos y amenazan con graves peligros a sus descendientes en fase de desarrollo. Explican cómo estos contaminantes han llegado a convertirse en parte integrante de nuestra economía industrial, difundiéndose con asombrosa facilidad por toda la
biosfera, desde el Ecuador a los polos. Y estudian lo que podemos y debemos hacer para combatir este omnipresente peligro. Nuestro futuro robado, comoseñala Al Gore, vicepresidente de EE UU y autor del prólogo, es un libro de
importancia trascendental, que nos obliga a plantearnos nuevas preguntas acerca de las sustancias químicas sintéticas que hemos esparcido por toda la Tierra.
Disruptores endocrinos
Un gran número de sustancias químicas artificiales que se han vertido al medio ambiente, así como algunas naturales, tienen potencial para perturbar el sistema endocrino de los animales, incluidos los seres humanos. Entre ellas se encuentran las sustancias persistentes, bioacumulativas y
organohalógenas que incluyen algunos plaguicidas(fungicidas, herbicidas e insecticidas) y las sustancias químicas industriales, otros productos sintéticos y algunos metales pesados.
Muchas poblaciones animales han sido afectadas ya por estas sustancias. Entre las repercusiones figuran la disfunción tiroidea en aves y peces; la disminución de la fertilidad en aves, peces, crustáceos y mamíferos; la
disminución del éxito de la incubación en aves, peces y tortugas; graves deformidades de nacimiento en aves, peces y tortugas; anormalidades metabólicas en aves, peces y mamíferos; anormalidades de comportamiento en
aves; demasculinización y feminización de peces, aves y mamíferos machos; defeminización y masculinización de peces y aves hembras; y peligro para los sistemas inmunitarios en aves y mamíferos.
Los disruptores endocrinos interfieren en el funcionamiento del sistema hormonal mediante alguno de estos tres mecanismos: suplantando a las hormonas naturales, bloqueando su acción o aumentando o disminuyendo sus
niveles. Las sustancias químicas disruptoras endocrinas no son venenos clásicos ni carcinógenos típicos. Se atienen a reglas diferentes. Algunas sustancias químicas hormonalmente activas apenas parecen plantear riesgos de
cáncer.
En los niveles que se encuentran normalmente en el entorno, las sustancias químicas disruptoras hormonales no matan células ni atacan el ADN. Su objetivo son las hormonas, los mensajeros químicos que se mueven constantemente dentro de la red de comunicaciones del cuerpo. Las sustancias
químicas sintéticas hormonalmente activas son delincuentes de la autopista de la información biológica que sabotean comunicaciones vitales. Atracan a los mensajeros o los suplantan. Cambian de lugar lasseñales. Revuelven los
mensajes. Siembran desinformación. Causan toda clase de estragos. Dado que los mensajes hormonales organizan muchos aspectos decisivos del desarrollo, desde la diferenciación sexual hasta la organización del cerebro, las
sustancias químicas disruptoras hormonales representan un especial peligro antes del nacimiento y en las primeras etapas de la vida. Losdisruptores endocrinos pueden poner en peligro la supervivencia de especies enteras, quizá a largo plazo incluso la especie humana.
Las pautas de los efectos de los disruptores endocrinos varían de una especie a otra y de una sustancia a otra. Sin embargo, pueden formularse cuatro enunciados generales:
* Las sustancias químicas que preocupan pueden tener efectos totalmente distintos sobre el embrión, el feto o el organismo perinatal que sobre el adulto;
* Los efectos se manifiestan con mayor frecuencia en las crías, que no en el progenitor expuesto;
* El momento de la exposición en el organismo en desarrollo es decisivo para determinar su carácter y su potencial futuro;
* Aunque la exposición crítica tiene lugar durante el desarrollo embrionario, las manifestaciones obvias pueden no producirse hasta la madurez.
La especie humana carece de experiencia evolutiva con estos compuestos sintéticos. Estos imitadores artificiales de los estrógenos difieren en aspectos fundamentales de los estrógenos vegetales. Nuestro organismo es capaz de descomponer y excretar los imitadores naturales de los estrógenos, pero muchos de los compuestos artificiales resisten los procesos normales de descomposición y se acumulan en el cuerpo, sometiendo a humanos y animales a
una exposición de bajo nivel pero de larga duración. Esta pauta de exposición crónica a sustancias hormonales no tiene precedentes en nuestra historia evolutiva, y para adaptarse a este nuevo peligro harían falta milenios, no décadas.
La industria química prefiere pensar que, puesto que ya existen en la naturaleza tantos estrógenos naturales, como la soja, no hay por qué preocuparse por los compuestos químicos sintéticos que interfieren con las hormonas. Sin embargo, es importante tener en cuenta las diferencias que
existen entre los impostores hormonales naturales y los sintéticos. Los imitadores hormonales artificiales suponen un peligro mayor que los compuestos naturales, porque pueden persistir en el cuerpo durante años, mientras que los estrógenos vegetales se pueden eliminar en un día.
Nadie sabe todavía qué cantidades de las sustancias químicas disruptoras endocrinas son necesarias para que representen un peligro para el ser humano. Los datos indican que podrían ser muy pequeñas si la exposición tiene lugar antes del nacimiento. En el caso de las dioxinas, los estudios recientes han demostrado que la exposición a dosis ínfimas es peligrosa.
La mayoría de nosotros portamos varios centenares de sustancias químicas persistentes en nuestro cuerpo, entre ellas muchas que han sido identificadas como disruptores endocrinos. Por otra parte, las portamos en concentraciones que multiplican por varios millares los niveles naturales de
los estrógenos libres, es decir, estrógenos que no están enlazados por proteínas sanguíneas y son, por tanto, biológicamente activos.
Se ha descubierto que cantidades insignificantes de estrógeno libre pueden alterar el curso del desarrollo en el útero; tan insignificantes como una décima parte por billón. Las sustancias químicas disruptoras endocrinas pueden actuar juntas y cantidades pequeñas, aparentemente insignificantes, de sustancias químicas individuales, pueden tener un importante efecto acumulativo. El descubrimiento de que puede haber sustancias químicas que alteran el sistema hormonal en lugares inesperados, incluidos algunos
productos que se consideraban biológicamente inertes como los plásticos, ha puesto en entredicho las ideas tradicionales sobre la exposición.
Efectos en los seres humanos
Los seres humanos se han visto afectados por los disruptores endocrinos. El efecto del DES (dietilestilbestrol), un agente estrogénico, fue un claro aviso. El paradigma del cáncer es insuficiente porque las sustancias químicas pueden causar graves efectos sanitarios distintos del cáncer.
Causa gran preocupación la creciente frecuencia de anormalidades genitales en los niños, como testículos no descendidos (criptorquidia), penes sumamente pequeños e hipospadias, un defecto en el que la uretra que transporta la orina no se prolonga hasta el final del pene. En las zonas de
cultivo intensivo en la provincia de Granada, en donde se emplea el endosulfán y otros plaguicidas, se han registrado 360 casos de criptorquidias. Algunos estudios con animales indican que la exposición a sustancias químicas hormonalmente activas en el periodo prenatal o en la
edad adulta aumenta la vulnerabilidad a cánceres sensibles a hormonas, como los tumores malignos en mama, próstata, ovarios y útero.
Entre los efectos de los disruptores endocrinos está el aumento de los casos de cáncer de testículo y de endometriosis, una dolencia en la cual el tejido que normalmente recubre el útero se desplaza misteriosamente al abdomen, los ovarios, la vejiga o el intestino, provocando crecimientos que causan dolor, copiosas hemorragias, infertilidad y otros problemas.
El signo más espectacular y preocupante de que los disruptores endocrinos pueden haberse cobrado ya un precio importante se encuentra en los informes que indican que la cantidad y movilidad de los espermatozoides de los
varones ha caído en picado en el último medio siglo. El estudio inicial, realizado por un equipo danés encabezado por el doctor Niels Skakkebaek y publicado en el Bristish Medical Journal en septiembre de 1992, descubrió
que la cantidad media de espermatozoides masculinos había descendido un 45 por ciento, desde un promedio de 113 millones por mililitro de semen en 1940 a sólo 66 millones por mililitro en 1990. Al mismo tiempo, el volumen del
semen eyaculado había descendido un 25 por ciento, por lo que el descenso real de los espermatozoides equivalía a un 50 por ciento. Durante este periodo se había triplicado el número de hombres que tenían cantidades extremadamente bajas de espermatozoides, del orden de 20 millones por
mililitro. En España se ha pasado de una media de 336 millones de espermatozoides por eyaculación en 1977 a 258 millones en 1995. El descenso amenaza la capacidad fertilizadora masculina. De continuar la tendencia
actual, dentro de 50 años los hombres podrían ser incapaces de reproducirse de forma natural, teniendo que depender de las técnicas de inseminación artificial o de la fecundación in vitro.
La exposición prenatal a sustancias químicas imitadoras de hormonas puede estar exacerbando también el problema médico más común que afecta a los hombres al envejecer: el crecimiento doloroso de la glándula prostática, que dificulta la excreción de orina y a menudo requiere intervención quirúrgica. En los países occidentales, el 80 por ciento de los hombres muestran signos de esta dolencia a los 70 años, y el 45 por ciento de los hombres padecen un
grave crecimiento de la glándula. En las dos últimas décadas se ha producido un espectacular aumento de esta dolencia.

La experiencia del DES y los estudios con animales sugieren también una vinculación entre las sustancias químicas disruptoras endocrinas y varios problemas de reproducción en las mujeres, especialmente abortos, embarazos ectópicos y endometriosis. La endometriosis afecta hoy a cinco millones de mujeres estadounidenses. A principios de siglo la endometriosis era una enfermedad prácticamente desconocida. Las mujeres que padecen endometriosis tienen niveles más elevados de PCBs en la sangre que las mujeres que no la padecen. Diferentes estudios coinciden en señalar que entre el 60 y el 70
por ciento de los embarazos se malogran en la fase embrionaria inicial y otro 10 por ciento termina en las primeras semanas por un aborto espontáneo.
Pero la tendencia sanitaria más alarmante con diferencia para las mujeres es la creciente tasa de cáncer de mama, que es el cáncer femenino más común. Desde 1940, en los albores de la era química, las muertes por cáncer de mama
han aumentado en EE UU en un 1 por ciento anual, y se ha informado de incrementos semejantes en otros países industrializados.
Industria química
Nuestro futuro robado abre un nuevo horizonte, que muy probablemente concluya con nuevos tratados internacionales, al igual que sucedió con los
CFCs que agotan la capa de ozono, y a pesar de la oposición de las industrias químicas. Actualmente pueden encontrarse en el mercado unas 100.000 sustancias químicas sintéticas. Cada año se introducen 1.000 nuevas
sustancias, la mayoría sin una verificación y revisión adecuadas. En el mejor de los casos, las instalaciones de verificación existentes en el mundo pueden someter a prueba únicamente a 500 sustancias al año. En realidad, sólo una pequeña parte de esta cifra es sometida realmente a prueba. Ya se han identificado 51 productos químicos que alteran el sistema hormonal, perose desconocen los posibles efectos hormonales de la gran mayoría. Uno de los aspectos más inquietantes de los disruptores endocrinos es que algunos de
sus efectos se producen con dosis muy bajas.
Las normas actuales que regulan la comercialización de productos químicos sintéticos se han desarrollado sobre la base del riesgo de cáncer y de graves taras de nacimiento y calculan estos riesgos a un varón adulto de unos 70 kilogramos de peso. No toman en consideración la vulnerabilidad especial de los niños antes del nacimiento y en las primeras etapas de vida, y los efectos en el sistema hormonal. Las normas oficiales y los métodos de prueba de la toxicidad evalúan actualmente cada sustancia química por sí misma. En el mundo real, encontramos complejas mezclas de sustancias químicas. Nunca hay una sola. Los estudios científicos muestran con claridad que las sustancias químicas pueden interactuar o pueden actuar juntas para producir un efecto superior al que producirían individualmente (sinergia). Las leyes actuales ignoran estos efectos aditivos o interactivos.
Los fabricantes utilizan las leyes sobre secretos comerciales para negar al público el acceso a la información sobre la composición de sus productos. En tanto los fabricantes no coloquen unas etiquetas completas en sus productos,
los consumidores no tendrán la información que necesitan para protegerse de productos hormonalmente activos. En algunos casos, las sustancias químicas pueden descomponerse en sustancias que plantean un peligro mayor que la sustancia química original.
La industria química trata de desacreditar las conclusiones de Nuestro futuro robado, al igual que hasta hace poco hizo con los CFCs, o como las campañas de la industria del tabaco negando la relación entre el hábito de fumar y el cáncer de pulmón. La Chemical Manufacturers Association, entidad que agrupa a las mayores multinacionales de la industria química, el Chlorine Chemistry Council, el American Plastics Council, la Society of the Plastics Industry y la American Crop Protection Association (los grandes
fabricantes de plaguicidas), han recolectado grandes cantidades de dinero entre sus asociados para lanzar una campaña contra el libro Nuestro futuro robado. Cuando en 1962 se publicó el libro de Rachel Carson Primavera
silenciosa (Silent Spring), la revista de la Chemical Manufacturers Association tituló la reseña del libro "Silence, Miss Carson". La industria del cloro, agrupada en el Chlorine Council, que agrupa a empresas como DuPont, Dow, Oxychem y Vulcan, gasta anualmente en Estados Unidos 150 millones de dólares (más de 20 mil millones de pesetas) en campañas de imagen y de intoxicación informativa. En España la empresa encargada por los fabricantes de PVC de intoxicar a la opinión pública es la Burson-Marsteller.
Treinta y cinco años después la misma industria que casi acaba con el ozono, que ocasionó el accidente de Bhopal y que fabrica miles de sustancias tóxicas, se enfrenta al desafío de Nuestro futuro robado. Las empresas Burson-Marsteller, Edelman y Hill & Knowlton, dedicadas al lavado de imagen de la industria del tabaco, de dictadores, del PVC y de empresas contaminantes, muchas de ellas del sector químico, realizan campañas de intoxicación contra los científicos, periodistas y las organizaciones no gubernamentales, tratando de impedir, o al menos reducir, los efectos de libros como Nuestro futuro robado y decenas de estudios científicos,informes y artículos sobre los efectos de las sustancias químicas que actúan como disruptores endocrinos.
Una buena prueba de lo acertadas que son las conclusiones del libro Nuestro futuro robado es que el gobierno de Estados Unidos gastó de 20 a 30 millones de dólares en 400 proyectos para analizar los efectos de las sustancias
químicas en el sistema endocrino. El objetivo de la Agencia de Medio Ambiente (EPA) de EE UU es desarrollar toda una estrategia para investigar y someter a prueba 600 plaguicidas y 72.000 sustancias químicas sintéticas de uso comercial en Estados Unidos, al objeto de analizar sus efectos como
posibles disruptores endocrinos. La National Academy of Sciences de Estados Unidos ha emprendido un amplio estudio para profundizar en los peligros de los disruptores endocrinos. Raro es el mes que no se publica algún artículo
en las más prestigiosas revistas científicas confirmando y profundizando los peligros de las sustancias químicas.
El mercado mundial de plaguicidas representó unos 2 millones de toneladas en 1999, e incluía 1.600 sustancias químicas. El consumo mundial continúa creciendo. Los plaguicidas son una clase especial de sustancias químicas por cuanto son biológicamente activas por diseño y se dispersan intencionadamente en el entorno. Hoy en día se usan en Estados Unidos 30 veces más plaguicidas sintéticos que en 1945. En este mismo periodo, el
poder biocida por kilogramo de las sustancias químicas se ha multiplicado por 10. El 35 por ciento de los alimentos consumidos tienen residuos de plaguicidas detectables. Los métodos de análisis, sin embargo, sólo detectan un tercio de los más de 600 plaguicidas en uso. La contaminación de los
alimentos por plaguicidas es a menudo muy superior en los países en desarrollo.
Recuperar Nuestro futuro robado
Defendernos de este riesgo requiere la acción en varios frentes con la intención de eliminar las nuevas fuentes de disrupción endocrina y minimizar la exposición a contaminantes que interfieren el sistemahormonal y que
ahora están en el ambiente. Para ello se requerirá mayor investigación científica; rediseño de las sustancias químicas, de los procesos de producción y de los productos por las empresas; nuevas políticas gubernamentales; y esfuerzos personales para protegernos a nosotros y a nuestras familias. La agricultura ecológica, sin plaguicidas y otras
sustancias químicas, es una alternativa sostenible y viable.
Con 100.000 sustancias químicas sintéticas en el mercado en todo el mundo y 1.000 nuevas sustancias más cada año, hay poca esperanza de descubrir su suerte en los ecosistemas o sus efectos para los seres humanos y otros seres vivos hasta que el daño está hecho. Es necesario reducir el número de sustancias químicas que se usan en un producto determinado y fabricar y comercializar sólo las sustancias químicas que puedan detectarse fácilmente
con la tecnología actual y cuya degradación en el medio ambiente se conozca.
Estas sustancias no han alterado la huella genética básica que subyace a nuestra humanidad. Elimínense los disruptores de la madre y del útero y los mensajes químicos que guían el desarrollo podrán llegar de nuevo sin obstáculos. Pero la protección de la próxima generación de los disruptores endocrinos requerirá una vigilancia de años e incluso décadas, porque las dosis que llegan al feto dependen no sólo de lo que ingiere la madre durante el embarazo, sino también de los contaminantes persistentes acumulados en la grasa corporal hasta ese momento de su vida. Las mujeres transfieren esta reserva química acumulada durante décadas a sus hijos durante la gestación y durante la lactancia.
El sistema actual da por supuesto que las sustancias químicas son inocentes hasta que se demuestre lo contrario. El peso de la prueba debe actuar del modo contrario, porque el enfoque actual, la presunción de inocencia, una y
otra vez ha hecho enfermar a las personas y ha dañado a los ecosistemas. Las pruebas que surgen sobre las sustancias químicas hormonalmente activas deben utilizarse para identificar a aquellas que plantean el mayor riesgo y para
eliminarlas del mercado. Cada nuevo producto debe someterse a esta prueba antes de que se le permita salir al mercado. La evaluación del riesgo se utiliza ahora para mantener productos peligrosos en el mercado hasta que se
demuestre que son culpables. Las políticas internacionales y nacionales se deben basar en el principio de precaución.
Una política adecuada para reducir la amenaza de las sustancias químicas que alteran el sistema hormonal requiere la prohibición inmediata de plaguicidas
como el endosulfán y el metoxicloro, fungicidas como la vinclozolina, herbicidas como la atrazina, los alquilfenoles, los ftalatos y el bisfenol-A. Para evitar la generación de dioxinas se requiere la eliminación progresiva del PVC, el percloroetileno, todos los plaguicidas clorados, el
blanqueo de la pasta de papel con cloro y la incineración de de residuos.
Sustancias químicas de efectos disruptores sobre el sistema endocrino
Entre las sustancias químicas de efectos disruptores sobre el sistema endocrino figuran:
* las dioxinas y furanos, que se generan en la producción de cloro y compuestos clorados, como el PVC o los plaguicidas organoclorados, el blanqueo con cloro de la pasta de papel y la incineración de residuos.
* los PCBs, actualmente prohibidos. Las concentraciones en tejidos humanos han permanecido constantes en los últimos años aun cuando la mayoría de los países industrializados pusieron fin a la producción de PCBs hace más de una década, porque dos tercios de los PCBs producidos en todas las épocas continúan en uso en transformadores u otros equipos eléctricos y, por consiguiente, pueden ser objeto de liberación accidental. A medida que van ascendiendo en la cadena alimentaria, la concentración de PCBs en los tejidos animales puede aumentar hasta 25 millones de veces.
* numerosos plaguicidas, algunos prohibidos y otros no, como el DDT y sus productos de degradación, el lindano, el metoxicloro (autorizado en España), piretroides sintéticos, herbicidas de triazina, kepona, dieldrín, vinclozolina, dicofol y clordano, entre otros.
* el plaguicida endosulfán, de amplio uso en la agricultura española, a pesar de estar prohibido en numerosos países.
* el HCB (hexaclorobenceno), empleado en síntesis orgánicas, como fungicida para el tratamiento de semillas y como preservador de la madera.
* los ftalatos, utilizados en la fabricación de PVC. El 95 por ciento del DEHP (di(2etilexil)ftalato) se emplea en la fabricación del PVC.
* los alquilfenoles, antioxidantes presentes en el poliestireno modificado y en el PVC, y como productos de la degradación de los detergentes. El p-nonilfenol pertenece a la familia de sustancias químicas sintéticas llamadas alquilfenoles. Los fabricantes añaden nonilfenoles al
poliestireno y al cloruro de polivinilo (PVC), como antioxidante para que estos plásticos sean más estables y menos frágiles. Un estudio descubrió que la industria de procesamiento y envasado de alimentos utilizaba PVC que
contenían alquilfenoles. Otro informaba del hallazgo de contaminación por nonilfenol en agua que había pasado por cañerías de PVC. La descomposición de sustancias químicas presentes en detergentes industriales, plaguicidas y productos para el cuidado personal pueden dar origen asimismo a nonilfenol.
* el bisfenol-A, de amplio uso en la industria agroalimentaria (recubrimiento interior de los envases metálicos de estaño) y por parte delos dentistas (empastes dentarios). Uno de los investigadores pioneros sobre
los efectos del bisfenol-A es el médico español Nicolás Olea. www.ecoportal.net
Referencias
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Julio 1998.
Ante la ofensiva de los oligopolios, ¡estatizar el comercio exterior!
Síntomas provocados por necesidad de algunos alimentos
1. DIFICULTAD DE PERDER PESO
LO QUE ESTÁ FALTANDO: Ácidos grasos esenciales y vitamina A.
DONDE OBTENER: semillas de linaza, zanahoria y salmón - además de suplementos específicos.
2. RETENCIÓN DE LÍQUIDOS
LO QUE ESTÁ FALTANDO: en verdad es un desequilibrio entre potasio, fósforo y sodio.
DONDE OBTENER: agua de coco, aceituna, durazno, ciruela, higo, almendras, nueces, acelga, cilantro y los suplementos..
3. NECESIDAD DE DULCES
LO QUE ESTÁ FALTANDO: cromo.
DONDE OBTENER: cereales integrales, nueces, centeno, plátano, espinaca, zanahoria + suplementos.
4. CALAMBRE, DOLOR DE CABEZA
LO QUE ESTÁ FALTANDO: potasio y magnesio..
DONDE OBTENER: plátano, cebada, maíz, manga, durazno, acerola, naranja, tomate y agua.
5. MOLESTIA INTESTINAL, GASES, HINCHAZÓN ABDOMINAL
LO QUE ESTÁ FALTANDO: bacilos vivos.
DONDE OBTENER: cuajada, yogurt, yakult y similares.
6. MALA MEMORIA
LO QUE ESTÁ FALTANDO: acetil colina, inositol.
DONDE OBTENER: lecitina de soya, yema de huevo + suplementos.
7. HIPOTIROIDISMO (PROVOCA AUMENTO DE PESO SIN CAUSA APARENTE)
LO QUE ESTÁ FALTANDO: yodo.
DONDE OBTENER: algas marinas, zanahoria, aceite, pera, piña, peces de agua salada y sal marina.
8. CABELLOS QUEBRADIZOS Y UÑAS FRÁGILES
LO QUE ESTÁ FALTANDO: colágeno.
DONDE OBTENER: peces, huevos, carnes magras, gelatina + suplementos.
9. FLAQUEZA, INDISPOSICIÓN, MALESTAR
LO QUE ESTÁ FALTANDO: vitaminas A, C, y E y hierro.
DONDE OBTENER: verduras, frutas, carnes magras + suplementos.
10. DESÁNIMO, APATÍA, TRISTEZA, RABIA, INSATISFACCIÓN
LO QUE ESTÁ FALTANDO: DINERO.......... O SEXO
DONDE OBTENER: Si llegan a saber, les pido que me lo digan, no sean egoístas; miren toda la información que les pasé para que estén sanitos.
Islandia le saca el jugo al volcán
Islandia ha dado un paso al frente en el desarollo de la energía renovable al inaugurar el primer sistema de energía geotérmica basado en magma, para lo que tuvo que perforar 2,1 kilómetros de corteza terrestre.
El equipo fue capaz de perforar el profundo pozo bombeando agua fría para romper la roca que había junto al magma, un proceso conocido como fracturación hidráulica. El proyecto batió un récord mundial por calor geotérmico y energía.
"De acuerdo con la producción medida, la potencia disponible bastaba para generar hasta 36 megavatios de electricidad, en comparación con la capacidad eléctrica instalada de 60 megavatios en la planta de energía Krafla", dicta el documento del Iceland Deep Drilling Project, un consorcio del Ministerio de Energía Nacional de Islandia y las principales compañías de energía del país.
La empresa Nacional de Energía de Islandia estaba dispuesta a conectarse a la tubería de vapor de magma, pero el pozo tuvo que ser cerrado debido al fallo de una válvula. Sin embargo, el IDDP tiene la intención de reabrirlo y también de perforar un segundo pozo (IDDD-2) en Reykjanes en los próximos años.
A pesar de que el IDDP-1 no es el primer pozo que alcanza el magma, sí es el primer sistema capaz de aprovechar el calor del manto para producir una tubería de vapor capaz de alimentar una planta de electricidad.
En 2007, la compañía Puna Geothermal Venture, que buscaba el modo de utilizar los volcanes de Hawái para producir energía geotérmica, perforó 2,5 kilometros en la Isla Grande de Hawái, y se abrió paso hasta el manto terrestre.
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