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El polvorín

Argentina: ADONDE VAYAN...

3 Septiembre 2010 , Escrito por El polvorín Etiquetado en #Politica

ADONDE VAYAN...


Miércoles, 01 de Septiembre de 2010 16:03

"Los que saben son ellos"

 


(AW) Este lunes, día del detenido- desaparecido, declaró Juana Sapire, compañera de vida de Raymundo Gleyzer en una nueva audiencia pública por el juicio a los represores del Centro Clandestino de Detención "El Vesubio". Recordó el valor político del trabajo cinematográfico de Cine de Base e instó a los represores a que digan lo que saben. Minicucci, Svencionis, Crespi y Cendón solo dijeron, a través de sus defensores, que se sentían amenazados. El valor, el odio y la verdad de Juana sonaron allí como la verdad del pueblo.

 

NOTA CON AUDIOS

[DSC_7927.JPG]

"Tienen un fiero odio de clase, identifican a los patronos con los enemigos." (Informe sobre los obreros de Gijón, 1884)



(Buenos Aires, 30 de agosto de 2010. Cobertura RNMA) Llegar a los tribunales de Comodoro Py 2002 no es una tarea fácil. Hay que llegar a Retiro, donde todo es veloz, multitudinario y cosmopolita. Una metonimia de ciudad. Luego los pasos y las bocinas se alegan de nuestros oídos y empezamos a transitar largas calles de caudal pesado. Atiborradas calles de camiones y edificios donde faltan las personas. Todo es grande, enorme, es un gigante dormido. El edificio tiene todo el peso de la ley. Además de la causa "El Vesubio" también es lugar de las audiencias por la causa "Atlético - Banco- Olimpo", donde se encuentran acusados quince represores, en su mayoría ex comisarios de la Policía Federal, algunos gendarmes y agentes de inteligencia militar. Uno se siente solo, diminuto y es allí donde el juez Daniel Rafecas tomó declaración a Juana Sapire que no sabe dónde está su compañero, Raymundo Gleyzer, desde el 27 de mayo de 1976 el 30 de agosto, día del detenido-desaparecido,.

El juez dictó en julio pasado el procesamiento y prisión preventiva de los ex coroneles Federico Antonio Minicucci, Faustino José Svencionis y Jorge Raúl Crespi, junto al ex agente de Inteligencia del Servicio Penitenciario Federal Néstor Norberto Cendón, alias «Castro», a quienes se los responsabiliza por decenas de delitos de lesa humanidad cometidos en «El Vesubio» durante la última dictadura militar. Los cuatro se hicieron presentes en la sala como recién bañaditos para la milonga y esposados. Unidos por unas cadenas y por una vida de torturas.

Juana se sentó cargada de recuerdos frente a un auditorio lleno de profesionales de la ley. Rebotó de la silla para buscar por detrás de todos los trajeados las caras más conocidas, las vestimentas más coloridas y amables. Con ojos de temor pareció decirnos, sin conocer a algunos: ¿están ahí no?. De los 78 asientos cubiertos todos nos levantamos para afirmarlo, gritado con impotencia y ella pareció tranquilizarse.

Entonces fue cuando dentro de las formas legales se terminaron las formas legales y apareció la verdad de Juana, la franqueza absoluta, el odio a la represión y a la injusticia.


Ustedes y nosotros.


Desde los 13 años de edad Juana y Raymundo emprendieron un camino que sigue sin interrumpirse. Un camino que los hizo compartir trabajo, militancia y un hijo. El trabajo de cineastas y la militancia del Cine de la Base. "Teníamos una idea en la cabeza y una cámara en la mano" fue lo que respondió a la pregunta sobre el por qué de las persecuciones, las amenazas y la desaparición de Raymundo.

Después de un largo exilio en Perú y en los Estados Unidos, Juana y Diego Gleyzer, su hijo, volvieron en los años de Alfonsín pero luego de dos años tuvieron que volver a irse. Los jueces y la gente no miraban a Juana a la cara "como si tuvieran culpa" y sin hablar de dictadura, como si nada hubiera ocurrido. A la compañera de Raymundo le decían que había mucho miedo, pero, "¿y? ¿qué vas a hacer con el miedo?".
Diego, desde el extranjero, le hizo llegar al auditorio una carta donde declama irónicamente su odio y su perdón a los genocidas, porque entiende que están perdidos, pero su madre no estaba de acuerdo con él.

Para Juana, en cambio, hay un "Ustedes":, "los genocidas", "los aberrantes", "los incultos que le robaron todo a Raymundo del departamento de la calle Federico Lacroze" pero dejaron todas sus películas, los que también secuestraron en el Vesubio a Haroldo Conti y Héctor Oesterheld, entre tantos. "Ustedes" son aquellos a los que hay que enfrentar en la sala con la insignia escrita "Yo me pongo la camiseta contra los genocidas", aquellos a los que hay que mirar fijamente a la cara, señalar con el dedo y decirles lo basura que son. Así sienten miedo, sienten el odio de la clase hacía ellos. Cuando a Juana se le piden detalles sobre la detención de Raymundo ella no titubea dice que le tienen que preguntar a los represores, "los que saben son ellos", les dijo mirándoles de frente.

Para Juana hay un "Nosotros" que somos los que peleamos, los que estamos aquí dando la cara mientras Ustedes están presos y callados. Los que los enfrentamos y abucheamos a un abogado que dice que se siente intimidado porque "la testigo y el público presente está amenazando a la defensa". Ante los abucheos, entonces, el abogado de los represores no tiene más respuesta que las amenazas: "Miren que los estamos escuchando", dice, de espaldas al público. Lo que no entienden es que ya nadie les tiene miedo.



 

Descargar:Juana y sus impresiones del juicio


 

 

Descargar:Juana sobre Raymundo


 

 

Descargar:Una historia para salvar a Raymundo

 

AGENCIA DE COMUNICACIÓN  RODOLFO WALSH

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Foto El Polvorín

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