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El polvorín

Un grano de maiz

5 Enero 2010 Etiquetado en #Politica

Por Antonio Aponte
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EL AÑO DE LA COSECHA Y LA ESTRATEGIA NICARAGUA
Es inevitable la cosecha, tarde o temprano recogemos lo que hemos sembrado. 2010 es un año de cosecha de la Revolución , y también de la contrarrevolución.
El imperio no tolera la actitud soberana de un pueblo, la disidencia es mal ejemplo y debe ser castigada, la bestia fascista será la encargada de borrar el ejemplo. Así pasó con Allende, aquel gobierno iluminó al continente con la posibilidad de una Revolución Pacífica Verdadera, y el ejemplo fue aplastado con la mayor crueldad de que es capaz el capitalista.
Chávez, valiente siempre, ha enfrentado al imperio con argumentos socialistas, con pasión, garra, con la sangre, uñas, firme, insolente, con el atrevimiento de los que defienden la patria y la causa justa…
Por supuesto que es condenado por el imperio y las oligarquías mundiales, y junto a él la Revolución Bolivariana. El 2010 será el año de una ofensiva definitiva, ya se agotaron las holguras, llegaron los tiempos del deslinde: ¡Socialismo o Barbarie! La extinción es una amenaza.
El imperio ahora nos somete a la exitosa “Estrategia Nicaragua”. Veamos.
La Estrategia Nicaragua se basa en el miedo. La primera fase construye un foco generador de miedo. En Nicaragua fueron los contras, aquí este papel lo cumplen los paramilitares, las bases, y la brutal campaña que sataniza a Chávez.
La segunda fase es plantear en las elecciones el siguiente dilema: Chávez, la Revolución , son la guerra, la oposición es la Paz.
De esa manera consiguen debilitarnos, y abren camino para su terapia de choque.
La primera fase de la Estrategia Nicaragua ya la cumplieron, instalaron las bases, activaron a los paramilitares, lanzaron sus filípicas belicistas, y después se presentan como vestales: Uribe desautoriza los discursos ofensivos y belicistas. De esta manera dejan a Chávez como el tronante factor antipaz, belicista.
La segunda, es cosechar en las elecciones. Allí el asunto de la guerra, del terrorismo, de la conexión con las FARC, Al Queda, el narcotráfico, etc., será potenciado para estimular el miedo.
¿Qué debemos hacer los Revolucionarios?
Lo primero es demostrar que el núcleo belicista del planeta es el gobierno de los Estados Unidos, es el capitalismo y su voracidad de lucro, que Obama es continuación de la conducta fascista de Bush, que mientras exista el imperio éste arremeterá contra los pueblos para plagarlos de oprobio.
Sólo conquista la Paz un pueblo unido, dispuesto a defender su soberanía, el control de su futuro, su decoro. Sólo ante pueblos así el imperio detiene su voracidad.
Demostrar que Chávez es la única posibilidad de Paz, que las elecciones de Septiembre son parte de la defensa de nuestro sueño de construir una sociedad amorosa, parte de la defensa del país contra las agresiones de los belicistas del planeta. Que el voto por los candidatos de Chávez, es también un voto por la Paz y el Amor.
¡Chávez es la Paz !
¡Irreverencia en la Discusión, Lealtad en la Acción!
¡El Nóbel Para los Cinco!

4.1.10

CUBA DEFINE
En 1989, el mundo asistió perplejo a la caída sin combate del campo socialista. Inmediatamente florecieron teorías para explicar al nuevo mundo que se estructuró sobre los escombros del muro de Berlín. Se llegó hasta vaticinar el fin de la historia, absurdo que aún sobrevive.
En Venezuela la situación fue similar. Salieron nuevas interpretaciones del mundo y se produjo un cataclismo en la teoría revolucionaria. El escepticismo cundió, pasarse al campo contrarevolucionario era tolerado, bajaron las tensiones entre los revolucionarios y los dirigentes del status.
Muchos líderes revolucionarios pasaron a formar parte de los gabinetes de los gobiernos de la dominación. Se vendieron los libros de Marx y de Lenin a las librerías de usados, que los compraban a precio de papel de envolver. Era mal visto hablar de la época de la guerrilla, o se mencionaba con desprecio.
Todo parecía definido, el mundo se había reconstruido, el asunto era insertarse, conseguir ubicación en aquella arquitectura social que duraría por los siglos de los siglos.
Un hecho perturbaba a estos exrevolucionarios, ahora renegados: Cuba estaba allí, permanecía, resistía… ¿Por qué? ¿Por qué? Ninguna de sus neoteorías daba explicación a este hecho. Todas se estrellaban frente a la fortaleza moral cubana.
Las explicaciones llovieron con desespero: “está allí, pero tiene problemas, no hay jabón”. “Está allí, pero no hacen elecciones”. “Esta allí, pero no cumplen con los derechos humanos”. Explicaciones y justificaciones que se derretían al acercarse a los hechos: estaba allí, bloqueada, sin ayuda, sola en el mar del capitalismo, y no caía.
La lección era una: el Socialismo es viable y es el futuro de la humanidad.
Sólo un pueblo Socialista es capaz de la hazaña de la Cuba de aquellos días: ¡resistir a la caída del campo socialista, y al embate del imperio más poderoso que ha conocido la historia!
Ella preservó la esperanza.
Nos decía con su ejemplo que un mundo mejor es posible, que la historia no terminaba con el capitalismo, que la enfermedad era superable. Poco a poco, la humanidad volvió sus ojos a Cuba. Su llama heroica aún alumbra el camino de salida del infierno capitalista.
La posición frente a Cuba define a los revolucionarios. A ella nos une algo más que intereses materiales o afinidades ligeras: nos une la hermandad de remar juntos en el mismo barco, el de la redención del humano, el del Socialismo.
¡Chávez es Socialismo!
¡El Nobel para los Cinco!
¡Irreverencia en la discusión, Lealtad en la acción!

3.1.10

SOMOS HERMANOS
La situación de beligerancia con el imperio es grave. El enfrentamiento es inevitable: ellos no toleran que este pueblo dirigido por el Comandante Chávez retome la ruta de los Libertadores. El ejemplo que somos los aterra y contra él enfilan toda su maldad.
Las piezas de la infamia se mueven con precisión: levantan la imagen de país y Presidente narcos. Colaboradores con la FARC. Encuentran armas donde sólo hay deseos de paz, apoyan a la oligarquía interna, intentan confundir al pueblo, susurran a militares, etc.
Todos esos movimientos son componentes de un plan que tiene como objetivo acabar con la Revolución y con el Comandante Chávez, convertir al pueblo en su propio verdugo.
En este enfrentamiento con el imperio corremos un serio peligro, el imperio sabio en su agresión, intenta que la tarea de debilitarnos se la resuelva Colombia, usan a aquel país para agredirnos, montan no se sabe cuántas bases para provocar reacción defensiva de la Revolución. Ese ya es un peligro grande.
Pero donde está el peligro mayor es en el nacionalismo desbocado, en el chovinismo. Ese virus puede hacernos perder cualquier enfrentamiento aún antes de que se presente. Debemos combatirlo con fuerza.
Los colombianos y los venezolanos somos hermanos, o mejor: los humildes de Colombia, los humildes de Venezuela somos hermanos y el Comandante Chávez, líder de una Revolución de los humildes, es hermano del pueblo humilde de Colombia.
Los oligarcas gringos, los oligarcas colombianos, los oligarcas venezolanos son cómplices, secuaces, en la nefaria causa de la defensa de la muerte y la barbarie.
Siendo así, la batalla de hoy, la confrontación con la que nos amenaza el imperio, no es entre Colombia y Venezuela, es entre las oligarquías que se enfrentan al pueblo humilde de todo el continente.
De esto se desprende que si la oligarquía colombiana nos agrede, nos está agrediendo también la oligarquía gringa y la oligarquía venezolana, esos serán nuestros enemigos y contra ellos debemos reaccionar unidos los pueblos del continente y del mundo.
Debemos plantear la contienda en su justo terreno y dar la respuesta correcta, internacionalista, fraterna, y con los humildes. Evitar caer en la mortífera trampa del nacionalismo, del chovinismo.
Si se atreven la Revolución debe volcarse sobre la América con fuerza de huracán, la respuesta debe ser continental, si se atreven el incendio renovador llegará hasta más allá del Rio Bravo. Nada podrá detener la ira de los pueblos, una vez más condenados por el único delito de soñar con un mundo mejor.
La contienda es definitiva: sabemos que, o construimos el Socialismo, o la especie y la vida planetaria se acaban. Sólo el Socialismo es capaz salvar al planeta y simultáneamente dar solución verdadera a los problemas cotidianos.
Borremos las fronteras con el amor de los pueblos hermanos, desde ya debemos formar Comités Antiimperialistas Colombo-Venezolanos, Comités internacionalistas que den cabida a todos los pueblos de la América y del mundo. Que el internacionalismo de los humildes derrote al internacionalismo oligarca.
¡Socialismo es Amor Internacionalista!
¡Chávez es Socialismo!
¡El Nobel para los Cinco!
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