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El polvorín

Uruguay: Parte de una antrevista a Licandro publicada en BRECHA

15 Noviembre 2010 , Escrito por El polvorín Etiquetado en #Politica

http://www.radio36.com.uy/imagenes/2008/01/26/Licandro_plenario.jpg Sabemos que la Comisión de Defensa, que usted por tantos años integró y presidió, llevaba prolijamente actas de cada reunión. ¿Sabe dónde están esas actas?

 

Las actas de la Comisión de Defensa Nacional están en la Sala Juan José Crottogini de la sede central del Frente Amplio. Están todas las actas, más todos los documentos que manejamos para nuestras discusiones. Hay muchas cintas grabadas de lo que nosotros discutimos, porque tienen esa característica que yo reclamaba para la dirección nacional. Es decir, en los temas importantes poníamos un grabador, y yo, que tenía facilidad para trabajar con esos materiales, venía a mi casa, hacía la desgrabación y eso pasaba a integrar las actas. Todo está en los archivos del Frente Amplio en la Comisión de Defensa. Sin embargo el Frente Amplio nunca publicó formalmente los documentos de Defensa Nacional, nunca los bajó a las bases. En cambio las otras áreas fueron muy discutidas y muy publicitadas.

 

¿Cuándo se formó la Comisión de Defensa y quiénes la integraban?

 

La comisión se formó en mayo de 1986. Sus primeros integrantes fueron el general doctor Arturo Baliñas, el doctor José Korzeniak, el representante del Frente Amplio en la Comisión de Defensa del Senado, doctor Hugo Batalla, el representante del Frente Amplio en la Comisión de Defensa de la Cámara de Representantes, profesor doctor Yamandú Sica Blanco, y yo.

 

Fue la única comisión que la dirección del Frente presentó públicamente a la prensa. Recuerdo que la presentación se hizo en la sala Des Vitraux de la sede de la calle Cuareim. Desde el primer momento fui designado presidente de esa comisión. Teníamos sí trabajos anteriores con el general Baliñas y con el doctor Korzeniak, cuando en 1984 se recuperó el funcionamiento de la orgánica del Frente Amplio.

 

En 1985, cuando empieza a funcionar el gobierno constitucional, el ministro de Defensa Nacional, doctor Juan Vicente Chiari-no, concurre a la primera sesión que hace la Comisión de Defensa de la Cámara de Representantes. Nosotros habíamos hecho un cuestionario para que nuestros legisladores preguntaran al doctor Chiarino. Los otros legisladores, en vista del trabajo que tenía el doctor Sica Blanco, estuvieron de acuerdo en que fuera él quien hiciera las preguntas al ministro. Es muy importante el acta de la comisión porque señala que en aquel momento, saliendo de la dictadura, había mucha preocupación por el tema defensa nacional.

 

 

A su juicio, ¿la dirección del Frente Amplio tiene que participar en la conducción del gobierno, o éste luego de asumido puede manejarse con independencia?

 

Creo que son dos organizaciones que tienen bases constitucionales y legales diferentes. Cuando uno dice gobierno se está refiriendo particularmente al Poder Ejecutivo y al Poder Legislativo. Por eso no tiene que haber una dependencia ni de uno ni del otro con la fuerza política.

 

Pero si la fuerza política es la del gobierno, porque fue a esa fuerza política que la

ciudadanía dio su voto y a partir de ahí se obtuvo la elección de los miembros del gobierno, tiene que haber una correspondencia entre la fuerza política y lo que hace el gobierno. El gobierno tiene que cumplir los programas que ofreció a la ciudadanía cuando le pidió el voto. Y esos programas son los del Frente Amplio.

 

Pienso que tiene que haber una independencia del trabajo en uno y en otro, pero

debe existir un relacionamiento muy estrecho, porque la fuerza política tiene que saber si el gobierno está cumpliendo con el programa que la fuerza política presentó a la ciudadanía, y por el cual le pidió los votos.

 

Ocurre que ante un problema del Poder Ejecutivo hay urgencia en traer a la Mesa Política al ministro o al titular del ente autónomo correspondiente, para que dé su versión y, de esa forma, obtener un apoyo inmediato sin que, previamente, haya habido una discusión sistemática de los temas.

 

Aquí aprovecho para repetir algo que ya he dicho. La valoración de la acción del gobierno nacional la he hecho hacia adentro de mi fuerza política. Pero de un tiempo a esta parte también lo digo fuera de mi fuerza política. Entiendo que si estudiamos la acción del gobierno nos encontramos, en comparación con los programas del Frente Amplio, que hay un área donde el gobierno ha ido cumpliendo estrictamente con los programas del Frente Amplio; hay otra cuya ejecución está en proceso, y hay una tercera en la que la política del gobierno tiene mucho de discrepante con lo que el Frente Amplio aprobó y está en sus documentos. Esa es la parte en la que yo discrepo con la acción de gobierno. Es lo que tiene que ver con defensa nacional y el empleo de las Fuerzas Armadas.

 

¿ Cuál es su opinión sobre las misiones de paz de las Naciones Unidas? ¿Qué son?

 

En su Carta de 1945 las Naciones Unidas tienen dos capítulos en los que se trata el tema de las misiones de paz. Y las Naciones Unidas han fijado la posibilidad de intervenir con fuerzas armadas para resolver conflictos en estados de guerra en regiones o entre estados.

 

En la historia de Uruguay en los últimos tiempos es común decir, sobre todo por parte de los militares, que Uruguay participa en misiones de paz desde el año 1935. No es lo mismo lo del año 1935, cuando Uruguay integró la Comisión de Paz de la Guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay, que las misiones de paz a las cuales ahora va por el camino de las Naciones Unidas. Aquella fue una comisión que después integró la comisión demarcadora de los límites en que se materializó el tratado entre Bolivia y Paraguay. Conozco en detalle lo actuado en esa oportunidad a través de un miembro que trabajó en esa comisión en aquella época, por entonces capitán Roberto R Puig. No es cierto decir que desde el año 1935 Uruguay ya participaba en misiones de mantenimiento de la paz con las características actuales.

 

Más recientemente, Uruguay empezó a participar en misiones de las Naciones Unidas con observadores militares. Los primeros fueron a Cachemira, en la frontera entre India y Pakistán. Conozco lo que pasó allí porque el primero que fue era un mayor que yo conocía, y luego fue un oficial que estuvo conmigo en un campamento del Geográfico. Cuando volvieron me dieron información, así que en detalle yo conocía* todo lo que hacían los observadores militares en ese tipo de misión.

 

La primera misión de volumen, que es lo que está establecido en la Carta de las Naciones Unidas, se hizo en el sureste asiático, en la zona de Kampuchea. Ésa es la primera. Ahí hay hechos muy interesantes. Hay libros publicados por quienes estuvieron allí. Ya desde ese momento estuve estudiando la situación de Uruguay con relación a ese tipo de misiones, y tengo un trabajo presentado en un seminario en mi país y también en el exterior.

 

¿Qué han ido a hacer a Mozambique, por ejemplo?

 

He hecho mi razonamiento y lo he continuado actualizando cuando se produjeron las otras misiones: Mozambique, Angola, Congo. Entiendo que las situaciones de ruptura de la paz de esos países es producto de la herencia de un colonialismo. Porque esos países eran colonias cuando las Naciones Unidas impulsan, después de la Segunda Guerra Mundial, la descolonización en el mundo.

 

Empiezan a apoyar las independencias de las colonias, y Mozambique es una de ésas. Pero ¿qué pasa? Las potencias imperialistas no dejaron una administración suficientemente clara y civilista para que los pueblos se pudieran gobernar por sí solos. Normalmente estaban gobernados por fuerzas de ocupación de tipo militar, y los nativos (como les gusta decir á los estadounidenses) que participaban en el gobierno lo hacían como funcionarios subalternos acostumbrados a una dependencia de lo que el imperio demandaba. Eso le pasó a casi todas las colonias de Asia y sobre todo de África.

 

En Mozambique se quebró la paz interior y las multinacionales que sacaban productos de los países vecinos a través de Mozambique, para los puertos del océano Indico, se vieron impedidas de trabajar: Es, entonces, que las grandes empresas consiguen que las Naciones Unidas actúen para asegurar el orden, y facilitar nuevamente el funcionamiento del andamiaje administrativo que les permitirá salvaguardar sus intereses. En este caso consiguieron que las Naciones Unidas destinaran una misión de mantenimiento de paz para Mozambique y Uruguay participó ahí.

 

¿Y cuál era la función de los uruguayos?

 

Dar seguridad a los convoyes que de los países vecinos de África oriental sacaban sus productos a través de los territorios de Mozambique hacia los puertos del océano índico. Lo que estaban dando era seguridad para que las multinacionales pudieran cumplir sus tareas. En aquel momento no era misión humanitaria. En esos conflictos era muy común que las fuerzas vendedoras de armamento, entre las cosas que colocaban, vendieran las minas antipersonales. Una de las funciones que tuvieron las fuerzas de ocupación de las Naciones Unidas era levantar minas, para que la multinacional trabajara con comodidad.

 

Por eso digo: Uruguay no tuvo parte en el conflicto que se desarrolló en Mozambique y tampoco en Kampuchea. Quienes fueron los responsables de crear esos conflictos buscaron que otros les resolvieran la situación interna para que sus multinacionales, que normalmente pertenecieron a esas potencias, pudieran seguir trabajando. Yo veo que en esas misiones lo que se aplica es un aspecto de la doctrina de la seguridad nacional: las fuerzas armadas dando la seguridad para que las fuerzas económicas pudieran cumplir su acción para llevar adelante una política económica neoliberal.

 

 

 

BRECHA | SUPLEMENTOS | Pág. 5 | 12/11/2010

Con el general Víctor Licandro. 'A las Fuerzas Armadas no hay que darles carácter de actor político'. (PARTE II)

 

En las otras misiones en algún momento se pone de relieve la acción humanitaria, pero eso es más que nada para poder presentarlo a la opinión pública de Uruguay, para hacer más potables nuestras Fuerzas Armadas. Porque salieron de la dictadura con una imagen muy mala, tanto es así que en diciembre de 1984 una encuesta le daba a las Fuerzas Armadas, como una de las organizaciones nacionales, -4 de credibilidad, cuando otras estaban con 20, 30 o 40 positivo.

 

¿Cuál es el balance de resultados de la participación de las Fuerzas Armadas de nuestro país en las misiones de paz?

 

He pedido a la Mesa Política un balance del manejo de las finanzas en las Fuerzas Armadas que vayan en misión de paz. ¿Cuánto gasta el país en preparar las fuerzas que van, el complemento de mantenimiento de esas fuerzas en el exterior, el recoger esas fuerzas y recuperarlas cuando regresan y cuánto es lo que el país recibe de las Naciones Unidas como pago por ese servicio? Estoy absolutamente convencido de que el resultado es negativo para Uruguay. Hay una cantidad de gastos que corren por cuenta del erario público que no se cubren con lo que las Naciones Unidas pagan.

 

Las Naciones Unidas pagaban por mes a cada militar que iba a una misión de paz una compensación especial para el soldado, más el 30 por ciento del desgaste del material, teniendo en cuenta los días de trabajo. Si un material estaba descompuesto -un vehículo, por ejemplo- y no funcionaba, entonces no le pagaban ninguna compensación.

 

¿Qué opinión le merece el envío de tropas uruguayas a Haití?

 

En lo que tiene que ver con Haití se ha creado una situación que ahí sí me lleva a ser más cauto en el rechazo, porque el senador Eleuterio Fernández Huidobro escribía en una contratapa del diario La República que la presencia de las tropas uruguayas con las latinoamericanas en Haití es como una acción antimperialista, porque mientras estén en Haití, Estados Unidos no entra en ese país.

 

Pero fue Estados Unidos el que dijo que fueran las fuerzas latinoamericanas e hicieran el relevo porque precisaba sus tropas para llevarlas a pelear a Oriente Medio. Quiere decir que hay una situación creada desde hace ya mucho tiempo, que las fuerzas que están allí formaron una entente de "nueve más dos" que no sé bien qué significa. Son nueve países más dos y son los subsecretarios de esos países que acuerdan lo que están haciendo en Haití. Entre ellos conversan y se han dividido la responsabilidad de permanecer en ese país. En la actualidad las misiones de mantenimiento de la paz no son misiones militares, son decisiones de política exterior que no tienen nada que ver con la preparación militar para la defensa de la nación.

 

El gobierno encabezado por el doctor Tabaré Vázquez ha manifestado por intermedio de sus voceros calificados que hay una política de acercamiento hacia las Fuerzas Armadas. A su juicio, ¿es correcto transitar por ese camino de acercamiento?

 

La política de acercamiento fue públicamente formulada en 1995 en una audición del entonces diputado Brum Canet, de Asamblea Uruguay. Un día me llamó y me dijo que a las 5 de la tarde iba a estar en una audición de radio. Le agradecí, lo escuché y grabé la audición. Ahí él habló del acercamiento con las Fuerzas Armadas. Mi posición era otra.

 

Al día siguiente me llama el conductor del programa, que tenía como colaborador a Raúl Legnani, y me consulta cómo veía yo el acercamiento a las Fuerzas Armadas. Le dije que estaba en contra y le expliqué por qué. El acercamiento se busca cuando uno ha tenido una separación, se acercan dos novios cuando rompen, se acercan dos socios. Yo entendía que no tenía que buscarse un acercamiento con las Fuerzas Armadas. Éstas, en un gobierno del Frente Amplio, deben estar subordinadas al gobierno, y no precisan ningún acercamiento sino cumplir con la Constitución y las leyes.

 

Recuerdo que el 17 de febrero de 1990 la Mesa Política del Frente Amplio se había reunido en Shangrilá con la presencia de sus legisladores. Hacía dos días que había asumido Tabaré Vázquez como intendente de Montevideo. Para esa sesión elaboré un documento porque no había puesto a estudiar cuál podía ser el relacionamiento del Frente Amplio, que iba a ser gobierno municipal, con las Fuerzas Armadas, y lo llevé por escrito. Ahí planteé que las Fuerzas Armadas, si un día el gobierno iba a estar en manos del Frente Amplio, iban a ser subordinadas al gobierno y no precisaban ningún acercamiento. Para ese momento yo entendía que iban a estar jugando todas las condicionantes de la Constitución y las leyes. El Frente Amplio debía tener un relacionamiénto constitucional con las Fuerzas Armadas, a través del actor político constitucional que era el mando superior de todas las Fuerzas Armadas; el mando político, el presidente de la República actuando con el ministro correspondiente, que para los militares es el de Defensa Nacional y para las fuerzas armadas policiales es el ministro del Interior, según establece el artículo 168 de la Constitución de la República. Debía evitarse una relación directa con las Fuerzas Armadas para no darles carácter de actor político.

 

Dos días después escucho una audición del senador José Germán Araújo y él recoge nuestra opinión que coincide con su posición sobre el tema. Para mí el relacionamiénto tenía que ser constitucional a través del mando superior. Pero en esa referencia que yo hacía a la audición en que participó el diputado (mayor en reforma) Brum Canet, él hablaba de "acercamiento a las Fuerzas Armadas". Yo entendía que no tenía que buscarse un acercamiento con las Fuerzas Armadas. Lamentablemente, lo que hicieron los gobiernos del Partido Colorado y del Partido Nacional fue siempre un acercamiento y una aquiescencia a todo lo que las Fuerzas Armadas planteaban. No cambiaron un ápice de lo que las Fuerzas Armadas venían haciendo en la época de la dictadura. Por eso yo establezco: las Fuerzas Armadas en la época de la dictadura tenían una ideología, el anticomunismo. Se preparaban para luchar contra el movimiento comunista internacional, una ideología.

 

Cuando el 1 de marzo de 1985 asumió el doctor Julio María Sanguinetti a la Presidencia de la República, las Fuerzas Armadas durante el período de la dictadura se habían multiplicado por 2,7.

 

Estamos hablando de una ideología de la dictadura, del sobredimensionamiento de las Fuerzas Armadas...

 

No sólo esos conceptos. Hay también un fuerte corporativismo y autogestión. El corporativismo apareció con fuerza cuando mataron en el batallón de Treinta y Tres a Luis Carlos Batalla, militante del Frente Amplio. El ministro de Defensa, general Enrique O Magnani, fue interpelado en el Parlamento. El miembro interpelante fue el doctor Daniel Sosa Días, diputado del Frente Amplio. Con el coronel Zufriategui estuvimos junto a Sosa Días, dándole el apoyo que él precisaba sobre lo que eran las Fuerzas Armadas, y cómo conducirlas en la parte militar. Y en esa interpelación a Magnani le hicieron decir: "Batalla, que estaba detenido en el cuartel, iba caminando, tropezó y dio con la cabeza en el borde de un cantero y ahí se murió". "Los cuarteles no torturan", y hasta el día de hoy siguen diciendo que en los cuarteles nunca se torturó. Eso es un orden de pensamiento de la corporación, y la corporación hace causa común.

 

Es tan así que estos criminales que están presos en Santiago de Chile, extraditados, encontraron un comandante del Ejército que en un acto público, desde la tribuna mira hacia el presidente de la República y le reclama el prestigio del presidente para obtener la extradición, la repatriación de los criminales militares que estaban en Chile. Eso es inconcebible, pero hasta el día de hoy la corporación tiene fuerza, y es capaz de enfrentarse al presidente de la República y hacer ese tipo de reclamos.

 

¿A qué se refiere cuando habla de autogestión?

 

Los militares fueron gobierno en la dictadura y después los partidos Colorado y Nacional lo que hicieron fue avalar lo que los militares plantearon, y esa realidad llega hasta el gobierno del Frente Amplio. Yo le reconozco al gobierno del doctor Tabaré Vázquez que tuvo una acción importante en lo que tiene que ver, no en la formación de las Fuerzas Armadas, sino en la revisión del comportamiento respecto a la violación de los derechos humanos.

 

Consiguió entrar en los cuarteles, hacer las excavaciones y los obligó a dar algún tipo de información. Las Fuerzas Armadas

 

le han mentido y le siguen mintiendo al gobierno, a los poderes del Estado y también al Poder Judicial. Por eso a mí me parece que, en este momento, todavía es positivo haber conseguido entrar en los cuarteles, en base a algún tipo de información recibida, y continuar trabajando.

 

En lo que tiene que ver con la ideología, con el corporativismo y en esa capacidad que tienen de autogestión, las Fuerzas Armadas no han sido depuradas. Voy a explicar mi pensamiento. Cuando en cualquier país del mundo se ha producido históricamente una ruptura de los marcos constitucionales y las fuerzas armadas se han hecho del gobierno y se vuelve al orden constitucional, al gobierno le quedan tres caminos con las fuerzas armadas que fueron en contra de la ciudadanía: 1) las pueden disolver y si es necesario crear otras; 2) depurarlas y buscar los elementos que limpien a las fuerzas armadas; y 3) dejar las cosas como están.

 

Aquí hubo un comienzo de depuración en la ley de caducidad. La ley 15.848 del 22 de diciembre de 1986 señala que el Poder Ejecutivo elevará anualmente a la Asamblea General Legislativa los programas de instrucción de los centros de formación de oficiales. Eso se aprobó en 1986 y el primer envío del Poder Ejecutivo se hizo en 1987. Los legisladores del Frente Amplio me enviaron a casa un alto de veintipico de centímetros de papeles que eran los documentos de los programas. Yo los estudié todos y les informé, escuela por escuela, qué estaba pasando, y les mostré que la mayoría eran resoluciones o decretos de los años 1979 y 1980, y estaban vigentes en 1987.

 

Quiere decir que no había habido cambio en la doctrina. Y la doctrina que impulsaban las Fuerzas Armadas era la doctrina de la seguridad nacional. Por eso les explicaba a mis compañeros que los programas de instrucción, que son muy importantes, no habían cambiado mayormente. En algunos de ellos estaban tratados el orden interno, la seguridad interna, los servicios esenciales, todo eso estaba dispuesto por ahí, y enseñaban cómo hacer todas esas cosas contrarias al pensamiento frenteamplista, y en contra del pensamiento de la democracia. Entiendo que las Fuerzas Armadas hasta el día de hoy no han sido suficientemente depuradas.

 

La tercera posición que puede tomar el gobierno de un país con las fuerzas armadas es dejar las cosas como están. En Uruguay las Fuerzas Armadas quedaron como estaban, con todas esas características que vienen desde la época de la dictadura.

 

Con relación a este tema, hay una anécdota que usted ha comentado en alguna ocasión. ¿Qué nos puede contar al respecto?

 

Esa anécdota ilustra mucho. En 1997, a poco de asumir la presidencia del Frente Amplio, el doctor Tabaré Vázquez llamó a cuatro compañeros y les pidió que lo asesoraran en los temas de defensa nacional. Los compañeros eran el senador doctor José Korzeniak, el senador Eleuterio Fernández Huidobro, el capitán en situación de reforma Edison Airarte y el general Víctor Licandro. Después que nos reunimos con Tabaré empezamos a trabajar. Una de las primeras ideas que le sugerimos fue que él debía pedir audiencia con el mando superior, por lo menos con el ministro integrante del mando superior, para que por ese camino le dieran al Frente Amplio información sobre defensa nacional.

 

El argumento era muy sencillo: el Frente Amplio tiene acción política en la vida de las Fuerzas Armadas cada vez que el Senado le pide la venia para ascender a un oficial a oficial superior. No se puede ascender a coronel o a general sin venia del Senado, pero para poder llevar una posición firme el Frente Amplio tenía que tener información. Ese era uno de los argumentos.

 

Tabaré estuvo de acuerdo, le hicimos un cuestionario para que cuando tuviera la audiencia pudiera plantearle al Poder Ejecutivo cuáles eran las inquietudes que tenía el presidente del Frente Amplio. Hizo la solicitud y le concedieron la audiencia. En aquella época el ministro de Defensa Nacional era el nacionalista Raúl Iturria. Cuando iba a ir a la audiencia, Tabaré dice: "Pero yo no voy a ir solo", y se dirige a mí. Y le digo: "¡ Ah no!, yo no voy; no no... yo todavía soy traidor para las Fuerzas Armadas. Está Korzeniak, grado 5 de la facultad y senador. Conoce de estas cosas, viene trabajando en esto y domina el tema". Y fue con el doctor Korzeniak.

 

Luego de la reunión, Korzeniak fue a la Mesa Política e informó sobre lo que habían conversado con el ministro, que en esa audiencia estaba acompañado por los tres comandantes. Una de las cosas más interesantes fue que Tabaré, después del saludo protocolar, quiso entregar a cada uno de los comandantes el programa del Frente Amplio. Y los comandantes dijeron: "No, ya lo tenemos". Yo siempre digo: si un comandante que va a una audiencia con el presidente de un partido político no leyó el programa de ese partido político, al servicio de inteligencia lo pasa por la guillotina, porque era elemental que el servicio de inteligencia le hubiera dicho: "La fuerza política piensa así'. Y Tabaré dijo: "¿Quedó alguna pregunta?". "Esto que dice: 'depurar las Fuerzas Armadas', ¿qué es eso?". Podrían haber pensado que a lo mejor los iban a quintar como en España: eso era depurar. Y Tabaré les dijo. "No. Como nosotros tenemos la responsabilidad de dar la venia para los ascensos, si en algún pedido de venia no estamos convencidos de que el postulante llene las condiciones desde el punto de vista de los derechos humanos, no vamos a dar la venia".

 

¿ Con qué elementos se ha manejado el Frente Amplio para aprobar o rechazar la venia para el ascenso de un militar?

 

El Frente Amplio negó alguna venia teniendo elementos de juicio negativos para el postulante. Antes, cuando el Poder Ejecutivo pedía la venia para promover el ascenso de un militar, enviaba el legajo personal y la comisión correspondiente del Senado estudiaba los antecedentes.

 

Desde la salida de la dictadura mandan un resumen. Pero ¿qué mandan? Mandan lo que les prepara el comandante de la fuerza, lo positivo del postulante, como cuando yo voy a vender una casa muestro todo lo lindo que tiene pero no digo que tengo la planchada rajada, porque esas cosas negativas no las muestro. Entonces los legisladores no encontraban ningún elemento, y como nosotros nunca pudimos tener información oficial sobre la interna de las Fuerzas Armadas, no podíamos ir al Parlamento y decir: "Bueno pero a éste le conocemos esto, esto y esto", porque no lo podíamos probar.

 

Solamente en algunos casos y basándonos en la información de la Comisión de Derechos Humanos, el Serpaj o el Ielsur, podíamos darles a nuestros compañeros documentación. Decirles: esta información es certera, está en tal lado, está documentada, y el Frente Amplio pudo dar alguna información que legitimara la depuración. Ese es el aspecto que hay que señalar. Muy pocas veces se hizo. Por lo demás, son las mismas personas que venían de la época de la dictadura.

 

¿Dónde está la peligrosidad a que lleva esto? La depuración no sólo tiene que ver con los programas de instrucción. Porque los instructores son los mismos que se formaron en la dictadura, que después formaron las nuevas leyes. Y hay una autoorganización de la fuerza que es la autogestión, la autoasimilación. Porque normalmente, si miramos los nombres de los integrantes de los escalafones, vemos repetidos los nombres y los apellidos de aquella gente de la dictadura. Hoy tenemos un hijo, un nieto de quienes dieron el golpe, de quien torturó, mató en los cuarteles, y participó en las arbitrariedades y salvajadas que hicieron en la dictadura. Ese nieto es muy difícil que hable mal de su abuelo, y es muy probable que tome a su padre o a su abuelo como un espejo. Entonces, éstos de ahora son espejos de aquéllos, son prolongación de aquéllos, y no están depurados.

 

¿Por qué razones los frenteamplistas y el pueblo ignoraron por tanto tiempo los motivos de su renuncia, mientras la conducción de la Mesa Política indicó que se debía a razones de edad?

 

Eso de las razones de edad se manejó cuando decliné continuar presidiendo el Tribunal de Conducta Política. Antes, en marzo de 2005, también había decidido alejarme de la Comisión de Defensa Nacional que presidía desde el año 1986.

 

Cuando Tabaré Vázquez sale electo presidente de la República empieza a buscar sus posibles integrantes del gabinete ministerial y le ofrece el cargo de ministro de Defensa Nacional a la doctora Azucena Berrutti. En mi casa, Azucena me comentó que le había pedido a Tabaré para hacer consultas antes de contestarle, y me dijo: "Empecé por usted, general". Conocía la trayectoria de Azucena en la Intendencia, y también su actuación como defensora de presos políticos.

 

Al tiempo, cuando se va acercando el período de asunción del cargo, me vuelve a pedir para hablar con algunos miembros de la Comisión de Defensa y tenemos una reunión con ella. Lo que conversamos con Azucena en la Comisión de Defensa está recogido en una de las actas de la comisión. Porque ahí fue con grabador.

 

En función de eso, cuando bajamos del despacho, ya que la reunión fue en la sala Juan José Crottogini del Frente Amplio, ante la pregunta de un periodista Azucena

 

Berrutti le dice: "Vengo de estar reunida con la Comisión de Defensa Nacional del Frente Amplio. Estoy muy conforme de lo que hemos conversado. Veo que es gente que está muy interiorizada en el tema y yo voy a hacer lo posible para que me apoyen y sean mis asesores". En las actas de la Comisión de Defensa está establecido que Azucena hizo un oficio al Frente Amplio pidiendo que la Comisión de Defensa la asesorara. La Comisión de Defensa pidió audiencia con el presidente del Frente Amplio y planteó el asunto. No hubo ninguna respuesta. La comisión continuó trabajando durante un año aproximadamente, y finalmente dejó de reunirse.

 

Ese tipo de comportamientos yo ya los vislumbraba, y estaba en discrepancia. Estos hechos que me llevaron a renunciar a la Comisión de Defensa reaparecen cuando el tema del Tribunal de Conducta Política. Mi renuncia se hace con fundamentación y en base a varios documentos que había presentado. Cuando el presidente Brovetto informó a la Mesa Política lo adjudicó a la edad (casi 90 años). Pero no dijo los fundamentos. Por eso me vi obligado a hablar en el Plenario Nacional, porque quienes tenían que haber informado no lo habían hecho en tiempo y forma.

 


 

Ver también de Cx 36 Radio Centenario Febrero 2008:


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