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El polvorín

Cárceles uruguayas: Animales enjaulados.

17 Marzo 2010 , Escrito por El polvorín Etiquetado en #Politica

Por Daniel Figares.

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 Ésta sería la tétrica síntesis del informe realizado x el relator especial de la ONU sobre torturas, Manfred Nowak, tras su visita en 2009 a nuestro país.

Otros pasajes que trascendieron del informe: “Las condiciones de reclusión en las prisiones han venido deteriorándose paulatinamente en los últimos años y el hacinamiento se ha convertido en un grave problema en la mayoría de ellas"; en el penal de Libertad "los internos se hacinan como animales enjaulados (...) sólo pueden salir de las celdas un máximo de cuatro horas a la semana (...) tienen restringido el acceso al agua, lo que los obliga a beber del retrete (...) y para satisfacer sus necesidades fisiológicas tienen que utilizar botellas o bolsas de plástico"; "las celdas están abarrotadas y carecen de lugares para dormir y servicios de saneamiento apropiados (...) En una celda encontré 11 personas en un espacio diseñado para tres" y "era alta la tasa de violencia entre los reclusos"; "No había separación alguna entre los internos que se encontraban en prisión preventiva y los penados, lo que suponía una flagrante infracción de las normas internacionales"; y encontró que "el recurso generalizado a la prisión preventiva es contrario al principio de la presunción de inocencia y de la utilización de la privación de la libertad como último recurso", además de recibir “numerosas denuncias de malos tratos en varios centros penitenciarios".

En el año 2004 -creo que alrededor del mes de septiembre- comenzamos, junto a mi amigo y colega Carlos Peláez, y con la producción general de Alejandra Borques x parte de Canal 12 (más el trabajo de la gente de la productora “Contenidos”), “Ciudad Oculta”, un programa en cuyo primer ciclo se entrevistó a distintos presos a lo largo de varios establecimientos penitenciarios del Uruguay: Comcar, La Tablada, Cárcel Central, Cabildo, Cárcel de Colonia, y Libertad, x supuesto.

No ya como programa sino como experiencia de vida, recuerdo aquellas jornadas. El mostrar el sistema al desnudo fue impactante, y, para mi, muy alejado del concepto de que se estaba haciendo ‘televisión’.

Al tiempo de comprobar in situ la tremenda e inhumana situación que se vivía en la mayoría de los establecimientos carcelarios (y de reflejarla en el programa de televisión), Memorias.ur, una publicación de la Fundación Vivían Trías, decide entrevistarme para el número 10 correspondiente a junio-julio de 2005.

Pego acá lo que publicaron en aquella ocasión:

“Memorias.ur dialoga con el periodista  Daniel Figares

HASTA EN LA CÁRCEL HAY INTOCABLES

Cuando la sangre se enfría
La televisión tiene en la actualidad el poder de sacralizar frivolidades, trivializar miserias y problemáticas sociales. Diagrama a tal punto la percepción, que el sujeto, espectador, cada vez parece más pasivo y recibe una masacre en el Medio Oriente con menos emoción, conmoción  y compromiso que el segundo puesto en Operación Triunfo. La “caja negra” violenta, el tiempo reflexivo. Vinculado al tema cárceles surge no hace mucho un programa que intentó acercar a la comunidad (la telespectadora) imágenes, historias de la vida intramuros carcelaria. 

Programa impactante para algunos, fue vivido x muchos como un programa más. Esto es parte de la percepción que a Daniel Figares le sorprende. ¿Cuál es el poder y filtro que logra la cámara y la pantalla? Mientras filmó su programa “Ciudad Oculta” recientemente televisado x Canal 12, dos elementos llamaron su atención.  Que muchos vieran su propuesta y su muestra como “un programa televisivo”, una especie de puesta en escena cual obra de teatro alejándose del sentido y contenido de lo que allí se estaba mostrando. Otra, el poder de la cámara dentro de la cárcel. Relata como en una ocasión fue abucheado y criticado x los presos en medio de una filmación y, pocas horas después sin presencia de la cámara pasó como un perfecto desconocido, caminando entre los presos sin que repararan ni reconocieran su presencia.

De una Sala Vip a Auschwitz
¿Cuál es su visión y reflexión luego de conocer la interna de las  cárceles montevideanas?
“Transitar x las distintas cárceles implica pasar desde una Sala Vip a Auschwitz, de Cárcel Central a Libertad”. La desigualdad social se reproduce desde los edificios, espacios, hasta la cotidianeidad. Juegos de poder en todas sus metonimias posibles. Llegando éste inclusive a la capacidad de silenciar y negarle el acceso a Figares a una entrevista con  Pablo Goncálvez, quien previamente había aceptado la invitación a participar en las entrevistas con el periodista. Podemos pensar que esto no se debe a su peligrosidad, quizás sí a que Goncálvez tiene iniciado un recurso ante la OEA. La cárcel también tiene sus intocables.

Gestándose un nuevo género
Figares conocía la cárcel de mujeres desde 1994, año en el cual entrevistó una reclusa, su antigua vecina para historizar y contar un matricidio, parricidio y fratricidio, que sintetiza en su libro “En Sangre Propia”. Diez años después relata lo llamativo que le resultó el cambio del modelo femenino al que se enfrentó. Dentro de la población carcelaria femenina, aparece hoy una mujer distinta, masculinizada, dónde los rasgos tradicionalmente identificados con lo “femenino” parecían no estar. Rudas, violentas, patoteras, villeras. Pueden ir desde una piña hasta un motín, no distando en lo más mínimo de lo que un “preso” podría hacer.

¿La  privación de libertad  y el “2m x 2m.” no sería suficiente?
Todos conocemos la opinión fermental y no oficialista de Figares y pese a las expectativas y nuevas propuestas existentes sobre la reforma carcelaria no niega, como ninguna visión realista podría, la violación continua a los derechos humanos que se perpetúa desde las autoridades responsables de las cárceles. La omisión de asistencia, de beneficios, de condiciones dignas de vida dentro del castigo que estos hombres y mujeres viven, que es la privación de su libertad y el “ostracismo” social, puede ser interpretada como violación a necesidades básicas de cualquier individuo. Las que aseguran que  nunca pueda rehabilitarse, reinsertarse, ni prepararse para la vida social fuera de la cárcel.

Las quejas de los presos: hambre, frío, sed, omisión de asistencia, deplorables condiciones de vida, hacinamiento, y malos tratos. En esta idiosincrasia las miserias humanas no solo proliferan sino que se multiplican y reproducen. Se refuerzan a tal punto que reasegurarían la exclusión. Seríamos en tanto sociedad civil productores de ellas. Ante la pregunta sobre la nueva propuesta de reforma carcelaria impulsada desde el Ministerio del Interior, la respuesta del periodista fue poco esperanzadora; “lo discutimos cuando este hecho, no escrito o discurseado”. Existe una Comisión de Derechos Humanos encargada de velar x la población carcelaria y los presos aún demandas continuas omisiones, injusticias y violaciones, temas del que se interesó x su trabajo comprobando que en su mayoría son cargos, legajos, proyectos políticos y difícilmente realidades concretadas.”

 

Pasados cinco años a veces me pregunto –ya que siempre están algunos comentaristas requiriendo todo de los periodistas- qué pasa con este tipo de programas, o con este tipo de artículos… Como el otro día me preguntaba -mezclando y no, a su vez, todos los tantos-, escuchando al querido Viglietti cantar “A desalambrar”, hasta qué punto la gente percibe el CONTENIDO de la canción, qué es lo que DICE… o si ya sólo la escucha como un éxito clásico de Daniel Viglietti…


DanielFigares


(Incluso me pregunto qué pasa con artículos como ÉSTE.)

Tomado del blog Miedo y Asco en MVD

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