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El polvorín

Chile, derechas, negocios y Suramérica

15 Febrero 2010 , Escrito por El polvorín Etiquetado en #Politica

Aproveche ofertas de temporada en Piñera S.A.
Con un gabinete ministerial que parece más un consorcio de gerentes y empresarios, el próximo presidente chileno se posiciona como líder de la lumpen política regional. Con un toque de Berlusconi y otro de Macri, los países atendidos por su dueños.
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Piñera
Foto: Archivo
Por la Redacción de APM |
11|02|2010
A poco de ganar las elecciones, el empresario pinochetista Sebastián Piñera mostró la hilacha: “Tengo muchas diferencias como se manejan los temas públicos en Venezuela. Tenemos diferencias profundas en la forma como se practica la Democracia y se concibe el desarrollo económico. Pero a la vez también creo que debemos respetar la autodeterminación de los pueblos, y por eso vamos tratar de tener la mejor relación con ellos”, dijo.

¡Que sutileza diplomática y de Estado la de este hombre de negocios devenido en jefe político! Cómo para preocuparse, ¿no? En Brasil, que son rápidos para las reacciones, el partido de gobierno, el PT, dejó que se conociera un documento “reservado”.

El mismo que días atrás recogió el diario Página 12, de Buenos Aires: “El Partido de los Trabajadores de Brasil se propone como objetivo internacional que ’la izquierda latinoamericana no pierda ningún gobierno a manos de la derecha’. Así figura en un documento de la fuerza gobernante en Brasil al que tuvo acceso Página/12. El PT cumple hoy 30 años de su fundación mientras su líder, Luiz Inácio Lula da Silva, transcurre el último año de su mandato y busca ser sucedido el 1º de enero del 2011 por su jefa de Gabinete, Dilma Rousseff. Al mismo tiempo que explica que ‘el partido y el gobierno son instituciones diferentes’, porque ‘el gobierno responde por todos y el partido, por una parte de la sociedad’, para el PT hay un proceso de ‘contraofensiva’ conservadora en la región y una de sus expresiones es el reciente triunfo de Sebastián Piñera en Chile junto con las instalación de bases militares en Colombia y el golpe de Estado en Honduras.

El texto recomienda evitar dos errores. Uno, ir más allá “de nuestra capacidad de sustentar políticamente los procesos’. El otro, hacer menos de lo necesario ‘para seguir acumulando fuerzas (…).El PT se queda con la de la Unión de Naciones Sudamericanas, conocida como Unasur, formada en 2004 por la Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Guyana, Surinam y Venezuela. Sería el modelo de ‘integración de amplio espectro’ que se complementa con la creación del Banco del Sur (un banco para estimular el desarrollo productivo) y la integración de la infraestructura física e implica la reversión del modelo de “subordinación política sustentado por las elites conservadoras”.

Además, el texto del PT “afirma rechazar cualquier tipo de interpretación reduccionista y dicotómica. El reduccionismo consistiría en decir que hay dos izquierdas en América latina, así sin más y descuidando diferencias programáticas, estratégicas, históricas y sociológicas. A su vez, el reconocimiento de la infinidad de matices no implica decir que el crecimiento de una izquierda depende del debilitamiento de otra izquierda. Para el PT, pensar de esa manera ayuda políticamente a la derecha y forma una ecuación perversa que convenientemente saca del escenario a los enemigos comunes”.

Por supuesto que los analistas-operadores de la derecha dicen lo contrario. El argentino Rosendo Fraga deshoja la margarita conforme la lectura oficial y oficiosa de los círculos de poder en Estados Unidos.

Acaba de escribir lo siguiente: “En las elecciones presidenciales que tuvieron lugar en América latina entre 2005 y 2009, quedó una región políticamente heterogénea con tres líneas. Se consolidó una línea de izquierda social-demócrata o de izquierda moderada con la elección de Bachelet en Chile, la de Vázquez en Uruguay y la reelección de Lula en Brasil. Recientemente, la elección de Funes en El Salvador fue una manifestación en América central de esta tendencia. Paralelamente, se afianzó la línea de izquierda populista reunida en el Alba, ya que al eje Cuba-Venezuela, fue sumando sucesivamente a Bolivia con la elección de Morales, Nicaragua con la de Ortega, Ecuador con la de Correa y Honduras con el cambio de posición de Zelaya. Pero también se articuló una tercera línea de centro-derecha, caracterizada por la buena relación con Washington, tanto en lo económico como en lo estratégico. La reelección de Uribe en Colombia, la elección de Calderón en México y la de Alan García en Perú, a las que se sumó la de Martinelli en Panamá el año pasado, las fueron definiendo. La Argentina y Paraguay quedaron oscilando entre la izquierda moderada y la populista y Chile, que si bien en lo político e ideológico se ubicaba en la social democracia, en lo económico se asemejaba más a los países de centro-derecha. Quizás ahora con Piñera, Chile pase a engrosar la línea de centro-derecha con México, Perú y Colombia. En el ámbito específicamente sudamericano, las relaciones de Perú y Colombia con los países del Alba, y en particular con Venezuela, no han sido fáciles y pienso que no lo serán para Piñera. Pero el pragmatismo brasileño, que le permite al mismo tiempo mantener buenas relaciones con Colombia y Venezuela -los dos extremos ideológicos en América del Sur-, hará que la relación de Brasil con Piñera no tenga dificultades. Si en octubre del año que viene el PT fuera derrotado en dicho país, el perfil político de la región cambiaría, dado que al cambio registrado en Chile se sumaría el del principal país latinoamericano.

En el caso argentino, la cuestión que enfrentará Piñera es más la personalidad del matrimonio Kirchner que su ideología. Es claro que el kirchnerismo no tiene simpatía por los presidentes de centro-derecha. Las relaciones con Uribe, Calderón y García no son buenas. Además, históricamente la derecha chilena ha estado más alejada de la Argentina que la izquierda. Pero en el caso de Piñera, la cuestión central será manejarse con un gobierno argentino que hace del conflicto la clave de la acción política”.

Piñera es consecuente, para él la política es la continuidad de los negocios con otras armas, tanto el plano doméstico como intelectual. Por eso designó canciller a Alfredo Moreno, un ejecutivo de las grandes tiendas Falabella, con operaciones por lo menos en Chile, Argentina y Colombia.

El inminente jefe de la diplomacia chilena es un verdadero experto en vender ventiladores, perfumes franceses y ropa interior femenina y masculina, entre otros rubros de la misma envergadura estratégica.

En Perú, país que mantiene tensiones con Chile, su canciller José Antonio García Belaúnde se mostró sorprendido por la designación del ejecutivo de Falabella, aunque dijo, “nuestro país tiene mucha confianza en establecer canales de diálogo con el nuevo gobierno de Sebastián Piñera”.

La agencia Argenpress distribuyó una radiografía del nuevo gabinete chileno y dijo: “dos ex colaboradores de Pinochet aparecieron en el gabinete anunciado por Piñera. ‘Es un gabinete profesional y técnico, pero me preocupa la ausencia de experiencia política’, comentó en El Mercurio el académico Sebastián Edwards. Y esa es la percepción general del nuevo gabinete de empresarios, gestores de empresas y académicos de tendencia neo liberal, todos casados con las ideas que el Papa Juan Pablo II describió como ‘liberalismo salvaje’: un equipo concebido para manejar al país como si fuera una corporación privada. Una tecnocracia de ejecutivos de empresas, de 49 años de edad promedio, casi todos graduados en la Universidad Católica como ingenieros comerciales y con una visión de la política similar a la "gestión empresarial".

“Entre los 22 ministros (as), la mayoría son ingenieros (as) comerciales, 13 tienen master o postgrados en el extranjero, seis doctorados en el exterior y tres son decanos de facultades de la U. de Chile, la Católica y la U. del Desarrollo, identificada con la UDI. Muchos analistas variopintos coinciden en describir este equipo como una reedición del gabinete de gerentes del último gobierno de la derecha elegido en las urnas, hace más de 50 años, encabezado por Jorge Alessandri Rodríguez (1958-1964), que quiso gobernar sin políticos ni partidos, pero fracasó y a los pocos meses tuvo que llamar a los políticos, incluido el vilipendiado partido Radical, que había estado 14 años en el poder (1938-1952)”, añadió ese mismo medio.

“La verdad es que desde entonces la derecha no ha cesado de gobernar este país, salvo el interregno de los mil días de Allende, e incluidos los 6 años de ‘revolución en libertad’ DC, los 17 años de dictadura y los 20 años de cogobierno con la Concertación. En este gabinete hay 16 hombres y 6 mujeres; 13 ‘independientes’ sólo porque no militan, 4 RN, 4 UDI y 1 DC (Jaime Ravinet, ministro de Defensa, el único parecido a un político tradicional, ex alcalde de Santiago, ex ministro de Defensa y Vivienda de Ricardo Lagos, quien se hizo millonario en el rubro construcción y renunció al PDC minutos antes de la ceremonia de presentación. De todas maneras iba a ser expulsado por traición”, agregó).

“Seis de los ministros estudiaron en colegio públicos, dos en el Instituto Nacional, otros nacieron en regiones y uno solo recibió enseñanza superior en el interior. La nómina fue preparada por un equipo encabezado por Cristián Larroulet, María Luisa Brahm y Miguel Flores. Piñera chequeó los datos de todos los postulantes e incluso llegó a pedir casi diez referencias en algunos casos. El grupo tiene que ejecutar el programa de gobierno de Piñera, cuyos ejes centrales son el combate a la delincuencia, la creación de 1 millón de empleos (fomentando PYMEs y creando emprendedores) y convertir a Chile en “país desarrollado”. Estos ministros ofrecen la más alta concentración de postgrados académicos (MBA) en 20 años, con 17 graduados en la Católica, 3 en la U. de Chile y 1 en Humanismo Cristiano, casa privada de tendencia progresista. La mayoría son ingenieros comerciales, en un grupo de curriculum, pensamiento e, incluso, apariencia personal uniforme. Todos son económicamente exitosos y lejanos al “Chile profundo” que aludió el candidato en su campaña. Seis ministros están vinculados al grupo Luksic. Varios poseen inversiones en áreas de su cartera y hay expectación por conocer sus declaraciones patrimoniales ante posibles conflictos de interés. No se advierte un cuoteo de partidos, pero si de grupos empresariales”, afirma la radiografía de Argenpress.

Piñera surge el firmamento como nuevo soldado de un ejército que tiene, entro otros, a exponentes como al italiano Silvio Berlusconi y al intendente de Buenos Aires Mauricio Macri, en el cuadro de honor de la lumpen derecha.
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